Tus hijos no
murieron en vano,
sus fosas no
han sido halladas
y aún
retumban en tu mente
los gritos y
las motosierras,
son los
gritos de la furia
de la
naturaleza herida
gritos de la
entraña misma
de la
montaña y de tu alma,
madre
víctima, madre sacrificada
invisible
para muchos
presente
para todos.
Madre, ellos
están de pie
en la
defensa de sus ideales
dominando la
profundidad
de la
esencia misma de la vida
su voz es
una alarma cotidiana,
nadie la
podrá acallar
madre, en
ese sufrimiento
llevas el
cuerpo asesinado
de tus hijos
que clamaran siempre
hasta a
victoria misma.
No
quebrantes más tu corazón
levanta tu
puño firme al cielo
tus hijos
son banderas de vida,
víctimas de
los violentos
que decían
defender
campesinos
inermes
y los han
desplazado
a todos,
madre… a todos
No más luto
por ellos
madre, no
más llanto
es hora de
la victoria
es la hora
de la paz madre,
las blasones
de quienes dieron vida,
de quienes
con su muerte traen paz.
Seamos con
ellos un solo cuerpo
una sola voz
al infinito.
que golpea
una y otra vez
hasta
alcanzar el sueño
hasta
encontrar la paz.
Avivemos
nuestro orgullo
retomemos su
memoria.
sigamos su
lucha
no en vano
cayeron,
llenemos los
corazones de amor
henchidos de
gozo madre,
las muertes
de tus hijos
no cayeron
al vacío
la paz puede
estar cerca
la paz será
nuestro camino.
Atentos
debemos estar madre,
no dejemos
perder esta congruencia
las hienas
están al asecho
no están
conformes con sus crímenes
aún quieren
más sangre de hijos
de la patria
verdadera
la del
pueblo víctima,
los malditos
aún tienen
las
motosierras prestas
aúllan, no,
ahora trinan
hienas
modernas
hienas
malditas
siguen al
asecho
madre
victima
debemos estar
alertas
por el honor
de aquellos hijos
que nos
precedieron en la muerte.
FABIO ALBERTO
CORTÉS GUAVITA
POETA MAESSE
Mayo 11 de
2013

