ECONOMÍA SOCIAL Y SOLIDARIA EN LA POS PANDEMIA
MI OPINIÓN
Autor Fabio Alberto Cortés Guavita
"... hay que distinguir el
origen de lo social y lo solidario del nacimiento de las organizaciones
sociales y solidarias, pues son diferentes en el tiempo y en el espacio...y que
oportunidad más objetiva que la actual para repensar este sector en beneficio
de los más necesitados…" Fabio Alberto Cortés Guavita
La Economía Social o la Economía Solidaria; esta aparente dicotomía es
abordada en los diferentes países con sus propias particularidades, siendo más
universal el primero de los términos. Si nos adentramos en los vericuetos de
sus componentes seguramente llegaremos a una conclusión y es que se debería
hablar de ECONOMÍA SOCIAL Y SOLIDARIA, pues si bien es cierto que aparentemente
los dos términos podrían ser considerados sinónimos no lo son en estricto
sentido y más bien son términos complementarios e incluyentes.
Acéptese o no, en Colombia está fraccionado el sector desde el momento
en el cual los legisladores concibieron la idea de la Economía Solidaria al
margen de las otras instituciones que hace parte de lo Social y Solidario. Para
una mayor claridad es necesario entender que son múltiples las figuras
empresariales y sociales que integran este sector y todas se preocupan por
salvaguardar su especificidad y mantener su unidad, pero, desafortunadamente
cada subsector va por su lado sin entender la importancia de la integración y dando mayor importancia a
la "competencia" propia del sistema capitalista neoliberal y ajeno al
desarrollo de lo Social y Solidario, no puede haber compatibilidad en estos
criterios pues mientras el neoliberalismo pontifica y tiene como fin único la
consecución de utilidad económica y la rentabilidad del capital, lo social y
solidario tiene como misión la obtención de réditos sociales en los cuales el
único beneficiado debe ser, el ser humano.
Al afirmar lo anterior es importante reconocer que ello no puede reñir
con los criterios de empresarialidad que deben tener las entidades sociales y
solidarias dentro de un manejo que permita el desarrollo del Mercadeo Social y
la Gerencia Social en los cuales prima el ser y su entorno, y su esencia es la
producción y comercialización de bienes y servicios que no afecten al hombre en
su salud ni a su entorno ambiental, para no devastar el Planeta Azul objeto de
destrucción por parte del neoliberalismo voraz que nos afecta a todos sin
distingo de credo.
Ahora bien, hay que distinguir el origen de lo social y lo solidario
del nacimiento de las organizaciones sociales y solidarias, pues son diferentes
en el tiempo y en el espacio, lo social y solidario como valores primigenios
del ser nacieron con él, por eso es sabio retomar la vieja metáfora según la
cual el hombre es un animal social y entender que la ayuda mutua, esencia de la
solidaridad, existe desde los albores de la humanidad.
Cabe señalar que otra cosa es el origen de las organizaciones, las
cuales fueron creadas por el hombre como resultado de una necesidad histórica
de resolver problemas que le fueron causados por el nacimiento y desarrollo del
capitalismo salvaje en los albores de la primera Revolución Industrial; en
primer término se puede afirmar que el punto de partida de las organizaciones
sociales y solidarias se da en el contexto de la lucha social y la finalidad de
todas no es otra que la protección de sus asociados o afiliados.
A mi modo de ver, hoy en día la Economía Social y Solidaria podría inscribir
plenamente su acción en una economía de mercado, a la que se esfuerza en
aportar correcciones sociales, por eso es importante partir de unos principios
universales que unifiquen el contexto del trabajo. No se puede desconocer el
aporte a este aspecto dado por la comunidad europea cuando en desarrollo de la
Unión Europea fijaron y aprobaron unas bases de principios universales en el
cual trabajaron, declararon y acataron las cooperativas, las mutualidades, las
asociaciones y las fundaciones, el 24 de septiembre de 1999 (desarrollo de la
Social Democracia, tan exitosa en Europa hace unos cuantos años) y que hoy permitirían
accionar un modelo que permita la creación de ayudas solidarias para quienes
ante las cuarentenas requieren de un apoyo real y verdadero en lo económico y en
la creación y generación de empleo.
Por qué será que el estado es tan ciego que no entiende -o se hace el
que no entiende- que la Economía Social y Solidaria es un instrumento que bien
puede ser empleado para subsanar la crisis del capitalismo que se avecina a pasos
agigantados en la época de la pos pandemia, Generando riqueza colectiva y riqueza
individual, (tema de mi próxima opinión).
Bogotá, Colombia enero 18 de 2021