Serie Educación Mutualista
ENSEÑANZA 2. LA MOTIVACIÓN APROPIACIÓN DE
VALORES
Por Fabio Alberto Cortés Guavita
La Motivación. “Partiendo del supuesto que la
motivación es incitar a una persona a hacer u omitir algo”
Motivar para el cambio es mover a las personas
a entender y a crear las condiciones necesarias para su logro quitando las
barreras que se oponen a ello. Un sencillo esquema estructural de la motivación
como base para una buena receptividad puede ser el siguiente.
El contexto o situación hace referencia a las
características y relaciones en cuyo marco se ejerce el cambio
Necesidades y deseos. En referencia directa con
la teoría de MASLOW y a su desarrollo secuencial.
Impulsos. Se trata de lo inherente a lo
positivo-deseo-interés o a lo negativo-miedo-desprecio-desinterés.
Objetivos. Es lo que se desea conseguir, cuál
es la finalidad del cambio.
Acción. Que hace la persona, cómo desarrolla su
participación, cómo actúa.
Satisfacción o frustración. Es el resultado, si
logra sus objetivos hay satisfacción, si no se logra el éxito hay frustración.
Se debe examinar tanto la necesidad individual
de encontrar satisfacción en el trabajo (ESTUDIO) y en el cambio como las
necesidades propias de las Organizaciones y sitios de estudio, para asegurar el
éxito del equipo humano de trabajo, antes, en él y después del cambio.
La motivación de los trabajadores de una
empresa y de los estudiantes en el marco de un proceso cognitivo, debe ser
entendida en diferentes procesos del desarrollo del ser humano, en primer
término se puede ver desde la óptica de la creatividad:
“Después de un estudio de individuos
extraordinariamente creativos y que presumiblemente actuaban en los niveles
superiores de su jerarquía, Maslow llegó a la conclusión de que la capacidad de
satisfacer necesidades inferiores y de buscar autorrealización conduce a una
mayor eficacia biológica y a la obtención de muchos rasgos humanos deseables
como la espontaneidad, la orientación respecto de la realidad, la
espiritualidad, la capacidad de distinguir entre medios y fines, la
creatividad, la autonomía y los valores democráticos”
Es decir, un trabajador o estudiante motivado
de manera adecuada será base del éxito empresarial o formativo y esa motivación
debe ser dada desde las ideas normas y valores de la Identidad Cultural en
busca del éxito emprendedor-estudiante.
Según el autor antes citado “... una alta tasa
de “ene” logro debe hacer especialmente probable que los sujetos se interesen
por los negocios y se muestren capaces en esa actividad porque los negocios
requieren que las personas asuman riesgos moderados y la responsabilidad
personal de sus propias acciones, presten mucha atención a la retroalimentación
en términos de costos y beneficios y encuentren modos innovadores de conseguir
un nuevo producto o de proporcionar un nuevo servicio”
En tal circunstancia los
trabajadores-estudiantes estarán en disposición de coadyuvar en el progreso y
la eficiencia de la empresa. El rendimiento de los trabajadores
indiscutiblemente mejorará, esto lo aclara el citado autor cuando dice:
“En nuestra sociedad, se atribuye también un
valor al esfuerzo de modo tal que cuando es sobresaliente, el rendimiento
mejora. De hecho, cabe reconceptualizar toda la literatura sobre atribución
causal en término de la teoría de los valores. Pueden concebirse las dimensiones
de la causalidad percibida –lugar de control interno o externo, posibilidad de
control y estabilidad- como valores (o al menos modelos que ordenan el modo en
que las cosas actúan) que influyen en el rendimiento. En general, los valores
de interioridad, controlabilidad y estabilidad promueven un rendimiento eficaz,
mientras que sus opuestos lo reducen”
Estas reflexiones conducen el estudio de la
motivación a la apropiación de valores como creencias como generadores de
actitudes en beneficio del progreso y desarrollo empresarial y formativo.
Lo anterior muestra como la relación dada entre
valores y motivación llevan de la mano a la empresa y al educando en pos del
éxito, del progreso y de la eficiencia. Se tiene que motivar a las personas
para lograr metas, para pasar el día realizando planeación, para organizar un
paseo etc., lo difícil en muchos casos es entender que es lo que hace que la
motivación se active y se dé el paso necesario del discurso motivacional a la
acción y a la ejecución de las tareas o actividades que el líder propone
realizar
La motivación no puede ser un objetivo, debe
ser un medio, pero entendido como un valor es decir como algo que nos guía en
la vida por eso él solo no realiza la acción y de acuerdo con las teorías de
motivación es necesario para el ser humano tener un aliciente, un estímulo.
El estímulo es algo que impulsa la acción,
dicho estímulo puede ser negativo o positivo por ello es importante de
escudriñar cada situación y cada personalidad. Un objetivo de crecimiento empresarial
o educativo puede estar bien diseñado pero no motiva positivamente a la gente
para alcanzar su logro, puede estar ocurriendo que los trabajadores-estudiantes
piensan que al buscar un mayor crecimiento se les está generando una mayor
carga laboral, aquí cobra vital importancia entender la comunicación y la
confianza que genera el que los trabajadores tengan en su poder toda la
información del caso.
Si no hay la información suficiente y clara el
trabajador-estudiante interpretará el nuevo rol como trabajar o estudiar más
horas sin el estímulo de pago o recompensa, la información no esta llegando por
los canales adecuados y seguramente la organización lo que pretende es que del
crecimiento propuesto y de alcanzar la meta se hará participes a los que tiene
a su cargo la nueva responsabilidad, por eso un mensaje distorsionado puede
convertir la motivación el algo desalentador.
El estímulo debe ser fortalecido, buscando lo
que genera felicidad a las personas y a los equipos, para ello hay que conocer
bien los integrantes de tales equipos para saber que esperan y cómo se les
puede complacer en la búsqueda de un mejor clima laboral a través de la
motivación. Muchas veces no es solamente el dinero quien estimula a las
personas, puede ser, y de hecho lo es, más importante la participación de la
gente en la toma de decisiones, en la capacitación, puede ser solamente una
palabra de aliento, una sonrisa, estar presente en un momento importante podrá
ser el estímulo perfecto.
[1] McCLELLAND, David, Estudio de la Motivación
Humana, Narcea de ediciones Madrid, España, 1989, p.58.
[2] McCLELLAND, obra citada.

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